viernes, 8 de junio de 2018

E-Portfolio

Esta es la última entrada del blog, en la que, a modo de resumen, voy a relatar todo lo que hemos realizado en clase, dividido en las entradas que he ido publicando:

Para empezar a conocernos, antes de nada hicimos una página principal estática en la que se encuentra nuestra Presentación, después de haber creado el blog.

En la primera entrada, Visualidades Contemporáneas, estuve analizando una serie de imágenes de Chema Madoz, que relacioné con algunos artículos que había leído.

En la segunda entrada, ¿Cómo aprendo? (Taller de invesitgación), hice una reflexión acerca del aprendizaje personal para dar entrada al taller de investigación al que nos dedicaríamos durante las próximas semanas.

En la tercera entrada analicé un vídeo que vimos en clase titulado Competencia Digital, de Jordi Ardell. Recogí lo que explicaba y ofrecí una conclusión que relacioné con mi propia experiencia personal.

En la cuarta entrada, publiqué Mi Tecnografía, que se trata de un video en el cual explico mi recorrido por el aprendizaje. También he adjuntado un código QR para facilitar el acceso al vídeo. En

Tras el comienzo del 2º cuatrimestre, compartí Mi Cartografía, en la cual plasmaba cómo aprendo, indicando el proceso por el que pasé. Para ello, haciendo uso de lo expuesto en la tecnografía, realicé un pequeño vídeo que explicaba todo lo que había recogido y todo lo que comenté, lo transcribí después. Al igual que en la tecnografía, utilicé el recurso del código QR para acceder al vídeo directamente.

A continuación, en la sexta entrada di comienzo al taller de género a través de una Micro-narrativa acerca del género, en la cual reflexiono en torno a dos preguntas: ¿Qué significa ser docente y mujer? y ¿qué significa ser docente y hombre?

En la séptima entrada, comenté la película "La caza", haciendo un análisis en torno a ser docente y hombre. Agregué un contexto, realicé el test de Bechdel y ofrecí una conclusión final.

En la octava entrada, también hablé de otra película visionada en clase, Laurence Anyways, ofreciendo un breve resumen, analizando diferentes escenas, argumentando mi opinión y relacionándola con diferentes textos, realizando de nuevo el test de Bechdel y añadiendo una conclusión final.

En la novena entrada, hablé sobre el taller de robótica que hicimos durante la visita de la empresa habilitas. Comenté en qué consistió la actividad, lo que proponían y expuse mi opinión personal, haciendo conexiones con la experiencia vivida personalmente en torno a esta temática.

Durante las siguientes entradas comenté una serie de lecturas:
En la décima entrada, comenté el artículo "Nos empezamos a conocer unos a otros" de Maiya Jackson. Expliqué la experiencia vivida por la autora y relacioné el contenido con la película Laurence Anyways, pues se trataba la transexualidad en ambas entradas. También hablé sobre mi experiencia en el ámbito escolar en cuanto a la diversidad y ofrecí mi opinión personal.

La undécima entrada la dediqué a hablar sobre el vídeo visto en clase de Paúl Beatriz Preciado, llamado "Pienso, luego existo".  Rescaté todo lo que reivindica y ofrecí mi porpio punto de vista.

En la duodécima entrada, comenté otro artículo que había leído: "La feminización de la profesión docente o el letal efecto del patriarcado" de Jose Luis Medina y fui ofreciendo mi opinión a lo largo de las diferentes ideas, relacionándolas, al mismo tiempo, con la película La caza.

En la decimotercera entrada quise profundizar en el artículo de Estibaliz Aberasturi Apraiz y Jose Miguel Correa Gorospe, titulado "¿Cómo aprendes a ser maestra? Repensar el género en la Educación Infantil".  Volví a relacionar este artículo con la película la caza y establecía conexiones con la lectura anterior.

Para concluir con las lecturas de artículos, en la entrada decimocuarta comenté el mapeo que hicimos por grupos relacionando diferentes lecturas con otras ideas, así como con las películas que vimos en clase, que dieron mucho juego para la reflexión.

Finalmente, pusimos fin al taller de género con la presentación de nuestro artefacto (con makey-makey), que narré en la entrada decimoquinta. Para ello, narramos nuestro proceso hasta lograr el resultado final, y también valoramos el de nuestros/as compañeros/as pertenecientes a otros grupos.

En la entrada decimosexta di comienzo al siguiente taller: el de ciudadanía digital, reflexionando sobre estar on-line u off-line. Desde mi propia experiencia, narré lo que suponía para mí estar conectado/a a la red y describí 3 situaciones en las que considero que me encuentro on-line, y 3 en las que pienso que estoy off-line. Al final, ofrecí una reflexión breve y compartí un vídeo musical que invita a pensar en nuestra realidad.

En el siguiente post, el decimoséptimo, comenté el documental "Conectados" de Jordi Évole que vimos en el aula de TIC.  Describí lo que sucedía en él reflexionando desde mi perspectiva a lo largo de toda la entrada y ofreciendo mi opinión personal al final sobre el tama tratado y cómo se ha tratado en el propio documental.

Seguidamente, se nos propuso leer un artículo titulado "La ilusión de una vida sin internet", de Evgeny Morozov, que comenté en la decimoctava entrada. Hablé sobre lo que exponía el autor y ofrecí una serie de conclusiones que, además, relacioné también con el programa "Conectados" del post anterior.

A continuación, en la decimonovena entrada hablé sobre la sesión de maquillaje que habíamos realizado en clase para intentar evitar el reconocimiento facial de las cámaras. Después de narrar todo el proceso, ofrecí los resultados finales,a compañados de una breve reflexión. En último lugaar, también quise agregar mi opinión sobre la sesión, que se sale de lo habitual en nuestro día a día.

En la vigésima entrada comenté la conferencia llamada "Why Privacy matters?" de Glenn Greenwald. Recogí todo aquello que me pareció fundamental de la charla y al final ofrecí mi conclusión sobre qué deberíamos hacer.

Para finalizar con el último taller,  la vigesimoprimera entrada la titulé Cámaras en el campus + Relacto visual. En este post comencé hablando sobre un colectivo revolucionario en contra de las cámaras de vigilancia, que nos inspiró para salir por el campus a identificar todas las cámaras que viésemos. Esto dio paso a que respondiese a una serie de preguntas sobre mi opinión acerca de las cámaras, que complementé con una película que había visto recientemente ("Snowden"). Tras las conclusiones, compartí el vídeo del relato visual que nuestro grupo, KROXER, había hecho frente a una cámara, ofreciendo una serie de explicaciones.

Con esta última entrada doy por concluido el blog. He de decir que he aprendido mucho durante esta asignatura y me he cuestionado muchas cosas. Espero que hayáis acabado con una sensación similar. Dicho esto, que tengáis todos y todas un buen verano y disfrutéis para volver con más energías. ¡Nos vemos pronto!



miércoles, 6 de junio de 2018

Cámaras en el campus + Relato visual

En clase nos dieron a conocer un colectivo revolucionario llamado Surveillance Camera Players (Nueva York, 1996-2006), que advertían que las cámaras de seguridad nos vigilan constantemente y vulneran nuestros derechos. Por ello, como si de un programa televisivo se tratase, se dedicaban a realizar performances frente a dichas cámaras, reivindicando la libertad.



Después de haber conocido a este grupo, decidimos salir a dar una vuelta por el campus y por las diferentes facultades para fijarnos en todas las cámaras de vigilancia que hay. Le sacamos una foto y las añadimos a google maps para enumerarlas.


Antes de haber pasado por este taller, pocos/as de nosotros/as habían reparado en la cantidad de cámaras que hay por todo el campus. Sin embargo, nunca nos han preguntado si estamos de acuerdo con ellas. No sé quién las habrá puesto, pero imagino que cumplirán con una normativa específica. Me sorprendió cuando el profesor dijo que podíamos consultar las grabaciones si lo pedíamos. Siempre había considerado que se trataban de algo estrictamente confidencial y solo utilizadas en casos de emergencias como a modo de pruebas para juicios. Al parecer, consultar las cámaras de vigilacia forma parte de nuestros derechos como estudiantes de la Universidad.
En mi opinión, las cámaras de vigilancia son un instrumento de control de la población. Probablemente, sin ellas podría aumentar la tasa de criminalidad en las ciudades porque las personas no sentirían su amenaza. Por una parte, pienso que son importantes para denunciar y evitar robos, abusos, etc. Por otra parte, al igual que en la novela 1984 de George Orwell, el estar bajo la constante vigilancia de las cámaras nos priva de parte de nuestra libertad. En mi caso, no creo que actuase de forma diferente a como hago habitualmete si no hubiese cámaras, pero eso, por supuesto, en la situación actual. No obstante pienso que la presencia de cámaras podría tener el fin de evitar cualquier acto de disidencia porque las personas no se atreverían a actuar públicamente contra el sistema, sabiendo que corren el riesgo de ser juzgados por las cámaras.

En relación con este tema, hace poco en la televisión vi la película "Snowden", la cual narra la historia real de un ex-técnico de la CIA que está acusado de espionaje por Estados Unidos porque reveló que su Gobierno utilizaba un programa de espionaje para vigilar las comunicaciones de millones de personas en el mundo. Actualmente se encuentra exiliado en Moscú y muchas personas piden su libertad y lo consideran un héroe, en vez de un traidor, por haber advertido al mundo de la situación en la que nos encontramos. Me pareció una película muy interesante y os invito a verla:


Finalmente, para concluir con el taller de ciudadanía digital, decidimos hacer un performance por grupos delante de una de las cámaras del campus, concretamente, una que se encuentra en la fachada de la facultad de Magisterio, pero no en las entradas, por lo que no le veíamos gran sentido. En nuestra actuación, quisimos representar una situación basada en vídeos sobre experimentos sociales, en los que siempre hay una cámara oculta. En este caso, quisimos tocar el tema de la desigualdad de género. Así pues, frente a la cámara representamos dos tipos de situaciones: una en la que una pareja discutía y la chica pegaba al chico y otra en la que el chico pegaba a la chica. Ambas situaciones tenían reacciones de viandantes (en este caso también interpretados por nosotros), que, en primer caso se reían al considerar al chico débil porque una mujer le pega y, en el segundo caso, una tercera persona intervenía en la pelea pegando al chico, dando a entender que la mujer no es capaz de defenderse por sí sola. Aquí dejamos nuestro vídeo sin sonido (al igual que los de las cámaras de vigilancia) que tiene crítica social:

sábado, 26 de mayo de 2018

"Why privacy matters?"

Hoy en esta entrada voy a hablar sobre la conferencia de Glenn Greenwald titulada "Why privacy matters?" ("¿Por qué importa la privacidad?"), que hemos visto en clase. Tiene mucha relación con el post anterior en el cual analizábamos las cámaras del campus y sus funciones, en las cual opinaba que podrían ser controladoras de la población.

Greenwald afirma que nos comportamos libremente cuando nadie mira, pero si descubrimos que lo están haciendo automáticamente sentimos vergüenza y humillación. Se habla del caso de Snowden que mostró cómo Internet se había convertido en una vigilancia indiscriminada. Para justificar que la privacidad no es tan importante, se utiliza una visión reduccionista de dos tipos de personas en el mundo, categorizándolas en las buenas, que no tienen que preocuparse por la vigilancia porque no tienen motivos ni nada que esconder; y las malas, que son aquellas involucradas en la violencia, el crimen, o el terrorismo, y que deben preocuparse porque les vigilen. 


El director de Google en 2009 afirmó si estás haciendo algo que no quieres que los demás sepan tal vez en primer lugar no deberías estar haciéndolo. Esto refleja una mentalidad falsa pues quién es más afirman que la privacidad no es importante, realmente no lo creen y en sus vidas protegen su privacidad. Mark Zuckerberg de Facebook, en 2010, también declaró que la privacidad ya no es una norma socia,l mientras él en su hogar procura protegerse de los ojos de los demás. 

A pesar de ser animales sociales y negar la necesidad de privacidad, los seres humanos necesitamos momentos y lugares de intimidad para ser libres de los juicios de los demás y comportarnos libremente, de forma que todos tenemos algo que esconder y no necesariamente tiene que ser algo malo, sino que tal vez no sea lo socialmente correcto o normal o va en contra de lo establecido. Cuando pensamos que nos observan, nuestro comportamiento cambia radicalmente y se vuelve más conformista y complaciente, con el objetivo de cumplir las expectativas sociales o de otras personas que nos vigilan. 



Con la invención del panoptic,o se dieron cuenta de que se podía controlar el comportamiento humano y se podía implantar en diferentes ámbitos como cárceles, escuelas, hospitales, fábricas y lugares de trabajo. La vigilancia crea prisiones en las propias mentes, por lo que no hace falta recurrir al castigo ya que las personas se autocontrolan. Dice que una sociedad en la que las personas están constantemente vigiladas por cámaras es una sociedad en las que las personas son complacientes, obedientes y sumisas, sistema mas anhelado por los tiranos.
Es importante que exista privacidad para que podamos vivir libremente desarrollar la creatividad yla exploración, y que la disidencia y las actitudes inconformistas no sean mutiladas.

Las personas que buscan privacidad no tienen porqué ser personas malas y no tienen que estar haciendo malos actos, simplemente quieren vivir libremente. Asimismo se envía un mensaje en el que si eres sumiso y no te enfrentas al sistema no tendrás nada de que preocuparte, pero si haces lo contrario, entonces serás perseguido. 

No solemos ser conscientes de lo controlados/as que estamos ni que la privacidad es parte de nuestros derechos. Nos hacen creer que no es importante y que, en realidad, significa compartir. No obstante, todo eso que "compartimos" está siendo apropiado por diferentes empresas que se lucran a nuestra costa. Nos intentan verder un mundo ideal en el que todos y todas estamos conectados y nuestra vida es más fácil, pero en realidad pienso que, poco a poco, a través de las nuevas tecnologías están suprimiendo nuestra libertad en diferentes ámbitos. Hemos de darnos cuenta y adoptar actitudes de resistencia. Como adición a esta idea, rescato la cita de Rosa Luxemburgo utilizada por el conferenciante:




sábado, 12 de mayo de 2018

Reconocimiento facial: ¿se puede evitar?

Dentro del taller de ciudadanía digital, nos hemos interesado por el tema del reconocimiento facial de las cámaras. Por tanto, Aingeru nos propuso llevar a una de las sesiones maquillaje para comprobar si se puede evitar.

Nos basamos en unas fotos que nos propuso el profesor para tratar de maquillarnos de forma que la cámara no detectase nuestro rostro. 





Entonces, nos pusimos a ello e íbamos comprobando con el móvil si lo conseguíamos o no. Por su parte, Aingeru llevó su cámara reflex para hacernos fotos y comprobar si se obtenía el mismo resultado que con un teléfono móvil. En mi caso, yo me deje maquillar durante toda la sesión por mis compañeras, ya que no lo conseguíamos y probamos diferentes opciones. En un primer momento, no habíamos entendido muy bien el ejercicio y me empezaron a dibujar una mariposa en la cara, que era simétrica y, por tanto, no conseguimos el objetivo. Al ver que otras compañeras estaban utilizando los ejemplos asímetricos de los modelos, decidimos copiarles y pasaron a pintarme media cara de un estilo y la otra media de otro. No obstante, tampoco logramos que se dejara de reconocer, al menos en el móvil de Lamy, que se trataba de un iPhone. 


Al parecer, las cámaras de los distintos dispositivos cuentan con tecnologías diferentes, de forma que algunas tienen mejor rendimiento en cuanto al reconocimiento facial. Al resto de compañeros/as también les supuso una tarea complicada conseguir que las cámaras no detectasen su rostro. Como dato curioso, el profesor nos informó de que el reconocimiento facial no suele funcionar en personas negras porque se trata de una tecnología que fue diseñada para pesonas blancas.

Estos fueron algunos de los resultados del experimento:








Como conclusión final, se puede añadir que nos encontramos muy expuestos con la tenología y que constantemente ponemos nuestro cuerpo frente a las cámaras, sin saber que detrás podría haber alguien. Las propias cámaras ya nos identifican y cada vez su tecnología mejora y los sistemas de reconocimiento se van haciendo más precisos. Tenemos que pararnos a pensar si son ventajas todo lo que trae esta tecnología o si también tienen alguna intención controladora sobre la población. Si incluso el mismo director del FBI en 2016, James Comey, reconoció que tapaba su cámara, deberíamos preguntarnos qué verdaderas intenciones podría haber.

En último lugar, me gustaría agregar que personalmente esta sesión fue muy divertida y desestresante en el momento académico que estábamos viviendo. Todos y todas nos lo pasamos muy bien y considero que aprendimos mucho de este modo.





domingo, 6 de mayo de 2018

"La ilusión de una vida sin internet"

En esta ocasión, vengo a hablar de un artículo que nos han propuesto leer titulado "La ilusión de una vida sin internet", de Evgeny Morozov (2017). 


El autor comienza explicando que cada vez son más los países que reivindican leyes que establezcan el "derecho a la desconexión". Este está planteado como medidas laborales tales como no contestar a correos de trabajo fuera del horario. No obstante, el autor defiende que no sólo está implicado el ámbito laboral y, por lo tanto, debería afrontarse desde una perspectiva mucho más amplia. De esta manera, se expone cómo, al estar conectados a la red, proporcionamos nuestros datos personales a diferentes compañías e instituciones, que se aprovechan de ellos.

Para escapar de esta última realidad, sin emargo, no se proponen medidas legales. Muchas veces, cuando las personas "desconectan" invierten el tiempo en otras plataformas como las redes sociales, diseñadas, degún Morozov, para provocar una dependencia en las personas, que están expuestas. Aunque evitemos que las empresas para las que trabajamos dejen de lucrarse a costa de nuestro libre, otras empresas se beneficiarán de él cuando les proporcionamos nuestros datos.

El autor explica que hasta que no desarrollemos otra economía de las comunicaciones digitales, no podremos realmente desconectarnos a no ser que paguemos un precio, pues el desconectarse se ha convertido en un servicio que se comercializa de diferentes formas como aplicaciones de mindfulness o los cada vez más numerosos campamentos de desintoxicación de Internet.

Como conclusión y respuesta al problema, quisiera destacar una de sus frases: "Para que el derecho a desconectar tenga verdaderamente contenido debe estar vinculado a una visión mucho más amplia y radical sobre qué hacer para que una sociedad con esa riqueza de datos conserve ciertos elementos esenciales de igualdad y justicia". 

Considero que, de no haber leído este artículo, no me habría dado cuenta de esta otra cara de la conexión.Es un tema que considero que hubiera sido interesante que en el programa de "Conectados" (del que hablé en la entrada anterior), lo comentasen. En ese documental se veía a las personas enganchadas a Internet, muchas de ellas adictas, llegando incluso a acudir a terapia. Puede que la adicción sea uno de los objetivos de las empresas que comercializan con nuestros datos, tal y como afirma el autor, y que las personas de a pié no somos más que peones en la sociedad, que debemos estar controlados y no reivindicar nuestros derechos. Mientras tanto, proponen medidas que hacen que pensemos que son revolucionarias y velan por nuestro bienestar, para que no nos quejemos de la situación y podamos seguir al rebaño, como decía Nietzsche.

Referencias: 
Morozov, E. (2017). La ilusión de una vida sin internet. El País. Recuperado de https://elpais.com/tecnologia/2017/02/24/actualidad/1487959938_635412.html.

domingo, 29 de abril de 2018

Documental: Conectados

En relación con la entrada anterior y siguiendo con el taller de ciudadanía digital, hoy quiero hablar sobre un documental que vimos en clase sobre la adicción a las nuevas tecnologías, en especial al teléfono móvil, titulado "Conectados" y presentado por Jordi Évole.

En este documental muestran lo enganchados/as que estamos al teléfono móvil y a las redes sociales a través de relatos y entrevistas a otras personas.Vivmos constantemente pendientes de lo que está pasando en la pequeña pantalla y cada vez más nos evadimos de lo que está pasando en nuestro entorno próximo. En algunos casos, las personas se llegan a obsesionar demasiado con el teléfono móvil y con su propia presencia en las redes sociales, tratando de dar una imagen a través de este recurso y demostrar que uno/a tiene muchas amistades, vive muy bien y está actualizado/a con las nuevas tecnologías. Esto, en muchas ocasiones, puede agravarse y llegar a la adicción, haciendo que la persona termine viviendo en un mundo a parte preocupándose solamente del teléfono móvil y sin poder despegarse de él.



En primer lugar, aparece la historia de una joven adolescente que muestra su adicción al móvil y más concretamente a las redes sociales. Se la retrata como a una persona narcisista que pasa la mayor del tiempo sacándose fotos posando, que luego sube a su cuenta personal de Instagram. En este tipo de redes sociales, el porcentaje mayor de las fotos que suben los jóvenes son de ellos/as mismos/as en situaciones agradables. Sólo mostramos lo que queremos que los demás vean, haciendo ver que tenemos una vida rozando lo idílico, cuando puede que no sea así. Creo que, en parte, las redes sociales las utilizamos para crearnos una identidad que refleja únicamente lo mejor de nosotros/as mismos/as (sea verdad o no) y, muchas veces sentimos la necesidad de ocultarnos tras ella para protegernos de la realidad. También, la dependencia surge hacia la opinión pública, basando nuestra autoestima en la cantidad de "me gustas" que recibimos por publicación. No creo que subamos tanto fotos por el hecho de "compartirlas" como tal, sino para intentar demostrar al resto que somos personas socialmente reconocidas y no nos sentimos solas.


En la entrada anterior, comenté que a menudo el teléfono es una herramienta que empleamos para sentrinos socialmente seguros, en situaciones que podríamos considerar incómodas como el establecer una conversación con personas en las que no tenemos tanta confianza. Ello puede deteriorar las relaciones interpersonales, cuya calidad podría bajar significativamente si siempre "nos escondemos tras el cascarón". También pienso que se ve cada vez menos gente disfrutando de la soledad en las calles. Pocas veces se ve a personas solas, especialmente jóvenes, sentadas en un banco sin hacer nada o en una cafetería sin un móvil entre las manos. Parece como si tuviéramos miedo a estar solas y necesitáramos pendientemete aparentar que estamos a gusto con nosotros/as mismos/as. Sin embargo, pienso que hay una gran diferencia entre estar solo/a y sentirse solo/a. Una persona puede disfrutar de su soledad pero no sentirse sola. En cambio, muchas personas que, a  aparentan tener un gran número de amistades en las redes, podrían estar sintiéndose solas si no trabaja las relaciones más allá de las redes. Aún pervive, además, un sentimiento de individualismo en la sociedad, con el cual una persona puede sentirse sola porque no se trabajan los vínculos con otras, sino que, por el contrario, supone "pisarlas" para ascender a lo más alto. El artista Edward Hopper (1924-1967) retrató la soledad que se vivía en la sociedad americana capitalista del siglo XX en algunos de sus cuadros:




Siguiendo con el ejemplo de la joven de Conectados, ella utilizaba el móvil a todas horas, hasta el punto de que su madre la castigaba prohibiéndole usarlo. No obstante, esto no la pararía y utilizaba el de sus amigas para conectarse a las redes.


A continuación, en el documental se veía como un grupo jóvenes acudían a una terapia en la que un experto les hacia preguntas acerca de su adicción a internet y acababan reconociendo sus problemas. El objetio de esta terapia era reducir el consumo y controlar la utilización del teléfono móvil y, por ello, se les reta a estar un tiempo sin utilizarlo.

En último lugar, opino que realmente existe un problema en torno al móvil pero quizás se podría haber planteado de otra forma la afirmación: en vez de "somos adictos al móvil" podrían haber encontrado el problema en las propias tecnologías y no en las personas, por ejemplo, declarando que "los móviles producen adicción". Creo que las personas no son culpables de la adicción, sino que no saben utilizar adecuadamente estas tecnologías básicamente porque no se les ha enseñado, teniendo como consecuencia su utilización sin control alguno. Por otra parte, se hace demasiado hicapié en las horas que pasamos con el móvil y no tanto en para qué lo utilizamos. Si le damos un correcto uso, sobre todo en el caso de las personas más vulnerables (niños y niñas), no debería haber tanto problema con el tiempo. Opino que es más relevante para qué utilizan las tecnologías y si realmente suponen un aprendizaje o un mero entretenimiento. Asimismo, el pasar muchas horas trabajando, chateando o navegando con el móvil no significa necesariamente que haya adicción, sino que esta comienza cuando pasamos demasiado tiempo con él dejando de ser conscientes de la realidad que nos rodea.

viernes, 27 de abril de 2018

Ciudadanía digital: ¿on-line u off-line?

Para continuar con el taller de ciudadanía digital, se nos ha propuesto pensar en 3 situaciones en las que nos encontramos "on-line", esto es, cuando hacemos uso de las nuevas tecnologías, y tres en las que estamos "off-line", que componen los momentos en que hay ausencia de dichas tecnologías.

Muchas veces no nos paramos a pensar en lo dominados que nos encontramos por las nuevas tecnologías, muchas veces parece que el desprenderse de ellas cuesta un mundo y, sin embargo, realmente no llevan tanto tiempo entre nosotros/as. En mi caso, creo que paso muchas horas frente a una pantalla y gran parte del tiempo lo paso sin ser consciente de lo que hago. De hecho, me distraigo a menudo y, cuando estoy con el móvil, por ejemplo, enseguida me meto a aplicaciones de redes sociales y al cabo de un rato me doy cuenta del tiempo que pierdo. En el ordenador me ocurre que muchas veces tengo que ponerme a trabajar y, para ello, suelo poner música en la plataforma de Youtube, pero acabo siempre viendo vídeos recomendados y uno lleva al otro, y el otro a otro y, así, sucesivamente. 

Como experiencia, debo decir que hace dos años se me estropeó el móvil en verano, pero, aprovechando la situación, me propuse no comprarme ninguno durante dos semanas para ver qué suponía eso para mí. Al principio me costó bastante y cuando me despertaba por las mañanas siempre lo buscaba y estuve utilizando un reloj despertador, que estoy acostumbrada a tener en el propio móvil. Asimismo, para quedar con amigas tenía que recurrir al teléfono fijo, tal y como se hacía hace unos años. También me comunicaba a través de redes sociales que utilizaba desde el ordenador, pero cuando quedaba en sitios les hacía prometer que llegarían pronto porque si no me encontraba insegura esperando, puesto que la incomunicación me hacía sentir desprotegida. Al cabo de una semana ya me acostumbré y me sentía por una parte libre porque no tenía que estar pendiente de nada ni de nadie, sólo me preocupaba por la realidad inmediata que yo vivía y fue una experiencia muy satisfactoria. El hecho de que podríamos vivir así como se hacía hasta hace unos años sería hoy impensable para muchas personas. La sociedad ha cambiado muy rápidamente y casi se nos exige que estemos conectados a la red permanentemente, que siempre seamos accesibles y el móvil no se despegue de nosotros/as. Por ello, podría ser muy complicado ahora plantearse volver a vivir como antes. Obviamente las nuevas tecnologías nos han facilitado la vida en muchos aspectos, pero también creo que nos ha condenado a la esclavitud. Me acuerdo que una vez en clase, nuestra compañera Nekane nos contó que en unas prácticas que hizo, los niños y niñas de dos años estaban tan acostumbrados/as a las pantallas táctiles que, en cuanto les daban un juguete tradicional, el primer gesto que hacían para explorarlo era el movimiento de dedo para deslizar la pantalla en el juguete y comprobar si es "táctil" en ese sentido. Me parece una situación muy preocupante y deberíamos estar alerta porque no son sólo beneficios lo que traen las nuevas tecnologías a pesar de su atractivo, sino también grandes dependencias, olvidándonos del resto del mundo.



En cuanto a mi día a día, estas son 3 de las situaciones en las que me encuentro on-line:
  1. Cuando utilizo el teléfono móvil, que viene a ser una gran parte del día. Siempre lo tengo a mano y, en cuanto tengo un rato libre, lo primero que hago es comprobar los mensajes o meterme en redes sociales. Incluso lo he llegado a utilizar en clase varias veces, pero es algo que estoy tratando de evitar últimamente, dejándolo siempre en la mochila. El móvil es casi como un compañero de vida más, lo utilizo para todo. Ya por la mañana funciona como ordenador, pongo vídeos para desayunar, en el coche voy con música, hablo con mi entorno a través del móvil, etc. En muchas ocasiones, aunque no debería ser así, se utiliza el móvil para evitar situaciones incómodas con otras personas, siendo un recurso que siempre se utiliza como excusa para no establecer una conversación o para hacer ver que estás ocupado y hacer que otras personas no piensen que vives en soledad, cuando te encuentras solo en una cafetería por ejemplo.
  2. La siguiente situación se da cuando estoy estudiando en casa, que utilizo el ordenador para hacer resúmenes, trabajos, meterme en e-gela y otras plataformas universitarias, etc. También acostumbro a llevar también a clase. Siempre que estoy con el ordenador, es inevitable que ponga música también.
  3. Cuando me voy a dormir, siempre tengo que ver primero un capítulo de la serie que estoy viendo, porque es el mejor momento para disfrutarlas en mi opinión.
Por otro lado, opino que es muy necesario tener un rato al día para dedicartelo exclusivamente a ti mismo y a las personas cercanas, lejos de las tecnologías, como en las siguientes situaciones en las que me encuentro off-line:

  1. Cuando dibujo. Para desestresarme y encontrar "paz interior", me gusta sentarme y dibujar. Es una actividad que encuentro muy placentera y me relaja. En todo ese tiempo, en el cual me puedo pasar horas, suelo apagar el móvil y busco algún CD (que no sé si se considera como estar on-line) y, con la música y el dibujo me evado y paso el rato conmigo misma.  
  2. Cuando me echo la siesta o definitivamente me voy a dormir. Soy una persona a la que le gusta mucho dormir y holgazanear, por lo que también paso mucho tiempo off-line.
  3. Cuando estoy con la familia, pareja o amigas. Aunque todos y todas utilicemos el móvil es muchas ocasiones, hay situaciones clave en el que nos olvidamos de él y otras nuevas tecnologías como a la hora de las comidas o cenas, o cuando nos encontramos en un viaje. En ese momento nunca utilizamos el móvil y siempre aprovechamos para conversar, interesarse por las otras personas, pasarlo bien y reforzar vínculos.

Como he dicho antes, a veces estamos demasiado enganchados de la tecnología y se nos olvida disfrutar de verdaderos momentos importantes. Nuestra compañera Saioa compartió un artículo que declara que hay una nueva moda que consiste en desconectarse totalmente de internet. Esta práctica la llevan a cabo personas cansadas de la vida virtual y lo que trae consigo como por ejemplo la adicción. Creo que es una decisión muy legítima y una forma de disidencia a las tecnologías que tratan de dominarnos. Sin embargo, para mí personalmente creo que sería muy extremo porque dependo mucho de las nuevas tecnologías, especalmente para mis estudios, por lo que hoy por hoy lo veo inconcebible, pero no lo descarto totalmente en un futuro. 

Finalmente, me gustaría compartir un vídeo musical de Moby & The Void Pacific Choir, titulado Are you Lost in the World like Me?, que muestra lo dependientes que somos de las tecnologías y de la opinión pública:

domingo, 22 de abril de 2018

Artefacto (makey-makey)

En esta entrada os voy a hablar del proyecto que hemos estado trabajando por grupos durante el taller de género. Como grupo Kroxer, hemos construido un artefacto utilizando la tecnología del makey-makey go, que nos propuso Aingeru. 

En nuestro grupo, quisimos tratar el tema de la feminización de la profesión docente (que he comentado en entradas anteriores), analizando los prejuicios de la sociedad hacia los docentes hombres, mujeres o aquellos que se salen de lo socialmente esperados de ellos/as. Para ello, se nos ocurrió diseñar un artefacto que pudiera reflejar múltiples realidades docentes. Se basaba en tres cubículos giratorias puestos unos encima de otros. Y en dos de los lados del cubo había una imagen, que al combinar las de los 3 cuadrados, formaban un cuerpo. Esta idea está basadda en parte en una actividad que hicimos en la asignatura de arte el año pasado, llamada "un cadáver exquisito". Para conocer más información de esta actividad, comparto aquí la descripción de Wikipedia. En un cubículo había dos rostros: uno masculino y otro femenino. En el siguiente, una bata y una camiseta que dejaba ver tatuajes. Finalmente, en otro había unos pantalones vaqueros y una falda. En total, calculamos que podían salir 8 combinaciones diferentes, algunas muy normalizadas y otras bastante controvertidas. En el proyecto final, quisimos añadir los cubículos sin seguir un orden lógico porque nos parecía muy interesante, pues no invitaba a pensar y no dejaba tan clara nuestra intención.

En siguiente lugar, fuimos a las calle con diferentes combinaciones en imágenes y preguntamos a las personas qué les parecían las diferentes combinaciones a través de la pregunta: ¿Qué pensaria de este/a docente si fuese profesor de su hij@/niet@ en Educación Infantil? Nos sorprendimos mucho, porque la mayoría de personas seguían teniendo muchos prejuuicios hacia los/as profesores/as que se salen de lo común e incluso a los propios hombres como docentes, especialmente las personas de mayor edad. Parecía que había mayor tolerancia entre los jóvenes. En cuanto a los docentes varones, muchas personas se negaban porque sentían que no era seguro para sus niños/as ya que habían salido muchos casos de abusos. Respecto a los tatuajes, la mayoría no estaba a favor porque consideraban que podían asustar a los niños y a las niñas y no constituían un buen modelo, pues los asociaban a la delincuencia. Respecto a la falda, tampoco se veía bien que ningún profesor o profesora la llevase por tema de comodidad, pero en especial los hombres porque se excusaban diciendo que aún eran personas muy "conservadoras en ese sentido" y no podían tolerar a un docente varón que vistiese de mujer.  Fueron respuestas bastante impactantes que realmente nos dolieron en algunos casos, pero evitamos indignarnos tratando de ser objetivas durante la entrevista. Es preciso decir que durante la entrevista, sólo estábamos las chicas para evitar que las personas no quisieran exponer su verdadera opinión y ofender a nuestro compañero Pablo. Tampoco se encontraba Naiara porque su rostro era también la otra imagen del artefacto.

Este fue uno de los bocetos iniciales de nuestra idea:



Este fue el proceso de creación:





Y este el resultado final:



Durante la presentación, escogimos una persona voluntaria que debía hacer girar el artefacto a su gusto teniendo en mano el cable de tierra y pulsando en un extremo al terminar la combinación. En cada combinación se escuchaba una declaración distinta de la entrevista. Esta presentación no obtuvo el resultado que deseábamos porque no habíamos tenido tiempo suficiente para organizar y montar bien todo lo que teníamos, pero sí que transmitió la idea que queríamos representar y todas las compañeras de clase la entendieron muy bien e incluso también mostraron indignación. Nos gustó que suscitara reacciones.

Creo que al final hicimos un buen trabajo, a pesar de que el proceso a veces fuera frustrante y tuviéramos que reflexionar mucho tiempo para dar con una idea que nos gustase, descartando muchas otras por el camino. Considero que las presentaciones del resto de grupos fueron muy interesantes y todos y todas supimos darle un enfoque diferente y reflexivo. Creo que tod@s tuvimos que aprender a utilizar el recurso del makey-makey y el programa scratch, que desconocíamos y a veces nos costaba entender, pero finalmente lo conseguimos y con resultados muy satisfactorios. Estas son algunas de las imágenes de la presentación de otros grupos, que trataban el tema del techo de cristal en la desigualdad de género y las identidades de género:



En el siguiente enlace se encuentra  el vídeo de nuestra presentación: https://drive.google.com/open?id=19gO-92zFmadGHYdcTFkkMDh2ayD7A5bN