domingo, 4 de marzo de 2018

Taller de robótica

La anterior sesión del jueves la dedicamos a una visita de la empresa HABILITAS. Sus representantes, antiguos/as alumnos/as de Educación Infantil, vinieron a explicarnos su propuesta educativa, abordada desde el campo de la robótica. 


Para empezar, se presentaron y nos explicaron que ellos y ellas creían en un cambio de paradigma educativo en el cual se trabajase de forma creativa, pues la diversión y el entretenimiento son buenos medios para que se dé el verdadero aprendizaje significativo. Para lograr tal fin, ellos/as apostaban por la robótica en las aulas de infantil y primaria y por utilizarla de forma cooperativa para obtener mejores resultados y no fomentar el individualismo, característico de la sociedad actual. Por otra parte, hay que considerar que los niños y las niñas de hoy han nacido rodeados/as de tecnología y en el futuro vivirán con más debido al rápido desarrollo de ésta y, por tanto, trabajar únicamente con papel y lápiz no es suficiente. Las nuevas tecnologías constituyen una nueva dimensión con la que los/as docentes han de saber trabajar para enseñar a los niños y a las niñas a utilizarlas correctamente. 
Sin embargo, según nos contaron, aunque la robótica se está poniendo de moda en las aulas y muchos colegios optan por introducirla, en muchas ocasiones, no saben cómo. En ese momento es cuando suelen acudir a esta empresa para pedirles consejo y ayuda y ellos/as van a las aulas para mostrar no sólo cómo utilizarla, sino también cómo enseñar a utilizarla. Para ello, es fundamental que se trabaje a través de una metodología cooperativa y comunicativa, que posibilite el diálogo entre niños y niñas, de foma que puedan llegar a un consenso y así, desarrollar también las diferentes habilidades de cada uno/a.

En segundo lugar, nos propusieron realizar un taller para ver cómo se podía hacer uso de la robótica con niñas/os. De esta manera, nos dividimos en dos grupos, cada uno guiado por un representant. En nuestro caso, éste fue Unai, quien nos explicó en qué iba a consistir la actividad. En primer lugar, en el suelo había un panel blanco con cuadrículas y en cada esquina, un bee-bot. Estos consisten en pequeños robots educativos programables, que fomentan la secuenciación, la lateralidad y la noción espacial, el trabajo en equipo y el respeto, la curiosidad y la creatividad en los/as más pequeños/as.
Antes de comenzar a trastear con ellos, a través de un sorteo dieron a una persona del equipo un rol diferente: el de observador/a. En nuestro grupo fui yo la encargada de observar a mis compañeros y compañeras y fijarme bien en cómo trabajaban en equipo y en la participación individual.
Después, Unai explicó como funcionaban los bee-bot: puede realizar hasta 40 movimientos y cada secuencia se puede borrar al pulsar el botón X para comenzar una nueva; siempre avanza o retrocede 15 cm y gira sobre sí mismo 90º; la secuencia se realiza paso a paso y cada vez que se pulse un botón, el robot emite un sonido para confirmar la instrucción.





El reto consistía en que entre todos/as consiguiesen que cada abeja llegase a la esquina contraria, programándolas de forma que empezasen al mismo tiempo. Esto deberían conseguirlo en tan sólo 20 minutos. Fue muy divertido observar cómo trabajaban entre todos, dividiéndose las abejas por subgrupos y apuntando en las hojas los movimientos de cada abeja. Aunque también me hubiese gustado participar, gracias a mi papel tuve la oportunidad de observar cómo iba evolucionando la implicación individual. Muchas personas al principio no ofrecían su opinión, pero a medida que avanzaban con la actividad, iban participando más e, incluso, se pedían opiniones entre ellos/as y aunque había algún desentendimiento en diferentes momentos porque no estaban de acuerdo en cuanto a las rutas de las abejas, siempre ofrecín los diferentes puntos de vista argumentándolos respetuosamente. Al principio también había algunos miembros con más iniciativa que otros y que mostraban mayor curiosidad por probar los robots, pero a pesar de actuar como guías en un primer momento, nunca se impusieron al resto. Si no se conseguía convencer a la otra persona, terminaban probando las diferentes propuestas hasta quedarse con la que mejor resultado tuviese. Además, cada vez Unai iba añadiendo más dificultad a través de obstáculos, que supieron recoger entre todos/as. Al final, se lo estaban pasando tan bien que ni se dieron cuenta de que llevaban 50 minutos. Si bien no lograron superar el reto, sí que aprendieron conjuntamente, lo cual es el verdadero propósito de esta tarea.


Al final de la actividad, nos sentamos en corro y yo les conté todo lo que había observado, y realmente se dieron cuenta de que habían trabajado muy bien juntos/as y muy a gusto, y eso les había ayudado a aprender los/as unos/as de los otros/as y también en relación con el robot.

En mi opinión, creo que el aprender a través del juego hace que los niños y las niñas logren un aprendizaje significativo que puedan relacionar con diferentes ámbitos, es decir, que sea multidisciplinar. Realmente experimentando y manipulando objetos es como aprenden de primera mano y por ello, por experiencia propia, saben cómo funciona el mundo en el que viven. Por ello, muchas de las pedagogías activas que hemos trabajado durante la carrera apuestan por este tipo de aprendizaje, ya que lo consideran fundamental para el ser humano y no debería ser ignorado. Por otro lado, es preciso que se fomente la cooperación y evitar la competición porque se aprende mucho más en compañía de otras personas al surgir diferentes dudas y tener diferentes ayudas y apoyos. A través del juego cooperativo, también se aprende a convivir con otras personas y se trabajan relaciones interpersonales positivas cuya base es el diálogo y la resolución pacífica de conflictos.

En lo que respecta a mi propia experiencia, pocas veces nos han propuesto trabajar de esta manera y nunca he tenido la oportunidad de utilizar la robótica en el aula, por lo que estasesión me fascinó. Creo que deberíamos interesarnos más por este campo porque nos permitiría, de cara al futuro, llevar a cabo propuestas educativas más innovadoras y creativas. Definitivamente, voy a tener en cuenta estas nuevas posibilidades que desconocía por todas las ventajas que trae consigo: enseñar de forma más motivadora, conectar mejor con niños y niñas, entender mejor sus necesidades y saber darles respuesta, mejorar la calidad de su aprendizaje, fomentar las relaciones sociales, etc.

Para concluir, creo que ha sido una experiencia muy gratificante y que hemos aprendido mucho. Además, se ha salido un poco de la rutina, lo cual estoy segura que todos y todas agradecemos. Sin duda, este taller nos ha inspirado y nos ha abierto la mente a nuevas realidades.

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