sábado, 3 de marzo de 2018

Película: Laurence Anyways

¡Buenas, chic@s!

En esta entrada voy a hablar de la última película que hemos visto en clase, cuyo título es Laurence Anyways. 

A modo de resumen, esta película de 2012, dirigida por Xavier Dolan, va sobre un profesor de secundaria (Laurence) que decide cambiarse de sexo a la edad de 35. Así pues, el respetado profesor de literatura que tiene una relación larga y estable con su novia, anuncia que "ha estado robando la vida de la mujer que debía ser" y se embarca en el proceso de transitar de hombre a mujer. 

Aunque en un principio su entorno no lo comprende, poco a poco comienza a obtener el apoyo de su pareja, de sus compañeros/as, de sus amigos/as y de su familia (incluso de su madre con quien ha mantenido una relación fracturada). En un primer momento, su novia Fred se decepciona y enfada, acusando a Laurence y diciéndole que todo lo que él odia de sí mismo, es decir, su cuerpo de hombre, es todo lo que ella ama. En ese momento Laurence le plantea que si es sólo su condición de hombre lo que ama de su persona... Creo que esta pregunta refleja lo que el título quiere transmitir: Laurence Anyways, o Laurence para siempre en castellano, desea poner de manifiesto que el género no determina la esencia de una persona y que ésta nunca va a cambiar ya que siempre ha sido la misma, a pesar de que no se encontrase en el cuerpo adecuado que le hiciese sentir completamente cómoda.

No obstante, la sociedad se guía por el odio surgido de prejuicios hacia la transexualidad. No se conoce a la persona y el desconocimiento de lo diferente provoca miedo. En consecuencia, además del despido, Laurence sufre agresiones físicas y verbales.Asimismo, también se ve rechazada por la persona a la que ama (Fred), quien al principio le anima con su transformación, pero después se deprime y acaba por abandonar a la protagonista. Aunque intenta rehacer su vida, nunca se olvida de ella y hasta termina dedicándole un libro de poemas.

En una de las escenas se ve cómo Laurence encuentra un grupo de transexuales en el que se refugia y siente su apoyo. En clase, nuestra compañera Nekane (cuyo blog dejaré en la bibliografía), comentó que a ella le llamó mucho la atención que a los/as transexuales siempre se los/as relacionase con el mundo del espectáculo y la extravagancia. Realmente me pareció que la opinión del profesor Aingeru fue muy acertada. Según él, tal vez las personas transgénero se sienten tan apartadas socialmente que necesitan destacar de alguna forma para hacer ver que están ahí, y una de las maneras más fáciles para hacerlo es físicamente vestir atuendos llamtivos, sobreactuar, etc.



Por otro lado, en clase también coincidimos en que una de las escenas más significativas se produjo justo tras la transformación de Laurence, cuando decide entrar en el aula por primera vez caracterizado de mujer. Para nuestra sorpresa, las reacciones no son las esperadas, pues los/as alumnos/as no muestran ningún comportamiento fuera del habitual y, de hecho, uno de ellos se lanza a hacer una pregunta banal. Posiblemente, ya se esperaban que fuera a ocurrir porque sospechaban que su entonces profesor no se sentía hombre. Al mismo tiempo, la película se contextualiza en 1989, cuando los/as jóvenes ya comenzaban a tener una mente más abierta y veían normales las diferentes condiciones y orientaciones sexuales.

En mi opinión, esta película refleja muy bien el lado oscuro de la sociedad: los prejuicios, las desigualdades de género, las relaciones de poder, ... 
Aunque puede que a finales de los 80, como acabo de mencionar, los alumnos/as de Laurence tuviesen una perspectiva enriquecedora respecto a la diversidad de género, la directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, Araceli Martínez (en EFE, 2016) declara quetodos los estereotipos están más arraigados y, por lo tanto, todas las discriminaciones que tienen que ver con el género están más profundas”, aumentando al mismo tiempo en los últimos diez años el nivel de tolerancia entre los más jóvenes hacia la violencia de género. Considero que este dato resulta alarmante y más en una sociedad cada vez más plural en la que vivimos, donde son más visibles que nunca los casos de transgresiones de género. 

En cuanto a los modelos de belleza estereotipados, Vega Saldaña (2011) manifiesta que la publicidad juega un papel importante al reproducir y transmitir una educación informal que es responsable de crear y perpetuar estereotipos negativos y sexistas, basados en valores banales, donde las mujeres son sólo un producto más, puesto a la venta, y si no, terminan cumpliendo la función de objeto de decoración o atrezzo que acompaña al producto anunciado. De esta forma, como en el caso de Laurence, una persona cuyo cuerpo es de hombre y género identitario es de mujer, se sentiría rechazada por una comunidad que piensa que las mujeres han de ser de determinada forma y comportarse como tal. Por tanto, no se aceptaría que una mujer puede haber nacido hombre.
 
Creo firmemente que los estereotipos sexistas hacen un gran daño a la sociedad, tanto a las mujeres como a los hombres. Es obvio que eliminarlos o, incluso reducirlos, resulta una tarea bastante complicada que lleva tiempo y depende de la evolución social. No obstante, pienso que una buena forma de acabar con los estereotipos sexistas, complementaria a la lucha diaria de todos y todas las que nos oponemos a ellos, podría ser analizarlos en las aulas desde una perspectiva de género para que no se reproduzcan las desigualdades con las generaciones futuras.

En mi caso personal, teniendo ascendencia tailandesa, puedo decir que para mí la transexualidad siempre ha estado normalizada porque en ese país, abundan las personas transexuales,. Aunque percibo que aún existen estereotipos hacia ellos/as, sí que es verdad que están más integrados/as socialmente y, generalmente, se encuentran muy orgullosos/as de ser quienes son. Probablemente por valores culturales estén más aceptadas/os y, respecto a mí, creo que el que convivir cotidianamente con este colectivo hizo que no generara esos prejuicios hacia él. Al fin y al cabo, los prejuicios son construcciones sociales con las que ninguno/a nacemos, sino que vamos adquiriendo. 
Miguel de Unamuno decía: "el fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando". En cualquier caso, cualquier tipo de temor hacia lo diferente/desconocido, como pueden ser los casos de transexualidad, se eliminan gracias al conocimiento. Por todo ello, considerando la película, pienso que el hecho de que haya una persona transexual en un centro educativo podría ser muy enriquecedor para toda la comunidad educativa y el alumnado.
De otra manera, como declaran Fueyo Gutiérrez y Fernández del Castro (2012), es importante añadir el enfoque de género a la educación para visibilizar los contenidos del currículum oculto que fomentan las desigualdades de género y para repensar la práctica educativa y orientarla hacia la inclusión de la diversidad.

Además, Subirats (1986) aclara que convertir los comportamientos y actitudes del género es necesario para eliminar los contenidos patriarcales del sistema educativo; Sin embargo, resulta una tarea que no pueden hacer los enseñantes solos, y que es fundamental extenderla al ámbito del conjunto de la sociedad, aunque la escuela pueda desempeñar, en este cambio, un rol importante.

En último lugar, al igual que la película anterior, me gustaría pasar el test de Bechdel, que analiza si la película cumple con las condiciones para evitar la desigualdad de género. Recuerdo que dichas condiciones son las siguientes:
  1. Deben aparecer, como mínimo, dos mujeres.
  2. Los personajes femeninos deben hablar entre sí en algún momento.
  3. La conversación entre los personajes femeninos no debe basarse en un personaje masculino. 
En conclusión, opino que esta película sí que supera el test ya que aparecen mujeres e incluso las dos protagonistas principales lo son, tienen relaciones comunicativas y no se basan en un personaje masculino como tal, pues, aunque a veces se hable de la identidad de género anterior de Laurence, se hace más referencia a la transición.

 Referencias bibliográficas:

EFE (1 de noviembre de 2016). Estudios «demoledores» muestran que hay mayor tolerancia entre los jóvenes a la violencia de género. ABC. Recuperado de http://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/abci-estudios-demoledores-muestran-mayor-tolerancia-entre-jovenes-violencia-genero-201611011325_noticia.html

Fueyo Gutiérrez, A. y Fernández del Castro, J. (2012). Hacer visible lo cotidiano a través del cine: la perspectiva de género en la Educación para el Desarrollo. REIFOP, 15 (2). 

Subirats, M. (1985). Niños y niñas en la escuela: una exploración de los códigos de género actuales. Educación y sociedad (4), 91-100.

Vega, S.(2011). Roles, estereotipos y modelos de belleza femenina en la publicidad de perfumería y cosmética. La comunicación pública, secuestrada por el mercado, pp. 78-79.



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