Dentro del taller de ciudadanía digital, nos hemos interesado por el tema del reconocimiento facial de las cámaras. Por tanto, Aingeru nos propuso llevar a una de las sesiones maquillaje para comprobar si se puede evitar.
Nos basamos en unas fotos que nos propuso el profesor para tratar de maquillarnos de forma que la cámara no detectase nuestro rostro.
Entonces, nos pusimos a ello e íbamos comprobando con el móvil si lo conseguíamos o no. Por su parte, Aingeru llevó su cámara reflex para hacernos fotos y comprobar si se obtenía el mismo resultado que con un teléfono móvil. En mi caso, yo me deje maquillar durante toda la sesión por mis compañeras, ya que no lo conseguíamos y probamos diferentes opciones. En un primer momento, no habíamos entendido muy bien el ejercicio y me empezaron a dibujar una mariposa en la cara, que era simétrica y, por tanto, no conseguimos el objetivo. Al ver que otras compañeras estaban utilizando los ejemplos asímetricos de los modelos, decidimos copiarles y pasaron a pintarme media cara de un estilo y la otra media de otro. No obstante, tampoco logramos que se dejara de reconocer, al menos en el móvil de Lamy, que se trataba de un iPhone.
Al parecer, las cámaras de los distintos dispositivos cuentan con tecnologías diferentes, de forma que algunas tienen mejor rendimiento en cuanto al reconocimiento facial. Al resto de compañeros/as también les supuso una tarea complicada conseguir que las cámaras no detectasen su rostro. Como dato curioso, el profesor nos informó de que el reconocimiento facial no suele funcionar en personas negras porque se trata de una tecnología que fue diseñada para pesonas blancas.
Estos fueron algunos de los resultados del experimento:
Como conclusión final, se puede añadir que nos encontramos muy expuestos con la tenología y que constantemente ponemos nuestro cuerpo frente a las cámaras, sin saber que detrás podría haber alguien. Las propias cámaras ya nos identifican y cada vez su tecnología mejora y los sistemas de reconocimiento se van haciendo más precisos. Tenemos que pararnos a pensar si son ventajas todo lo que trae esta tecnología o si también tienen alguna intención controladora sobre la población. Si incluso el mismo director del FBI en 2016, James Comey, reconoció que tapaba su cámara, deberíamos preguntarnos qué verdaderas intenciones podría haber.
En último lugar, me gustaría agregar que personalmente esta sesión fue muy divertida y desestresante en el momento académico que estábamos viviendo. Todos y todas nos lo pasamos muy bien y considero que aprendimos mucho de este modo.
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