domingo, 29 de abril de 2018

Documental: Conectados

En relación con la entrada anterior y siguiendo con el taller de ciudadanía digital, hoy quiero hablar sobre un documental que vimos en clase sobre la adicción a las nuevas tecnologías, en especial al teléfono móvil, titulado "Conectados" y presentado por Jordi Évole.

En este documental muestran lo enganchados/as que estamos al teléfono móvil y a las redes sociales a través de relatos y entrevistas a otras personas.Vivmos constantemente pendientes de lo que está pasando en la pequeña pantalla y cada vez más nos evadimos de lo que está pasando en nuestro entorno próximo. En algunos casos, las personas se llegan a obsesionar demasiado con el teléfono móvil y con su propia presencia en las redes sociales, tratando de dar una imagen a través de este recurso y demostrar que uno/a tiene muchas amistades, vive muy bien y está actualizado/a con las nuevas tecnologías. Esto, en muchas ocasiones, puede agravarse y llegar a la adicción, haciendo que la persona termine viviendo en un mundo a parte preocupándose solamente del teléfono móvil y sin poder despegarse de él.



En primer lugar, aparece la historia de una joven adolescente que muestra su adicción al móvil y más concretamente a las redes sociales. Se la retrata como a una persona narcisista que pasa la mayor del tiempo sacándose fotos posando, que luego sube a su cuenta personal de Instagram. En este tipo de redes sociales, el porcentaje mayor de las fotos que suben los jóvenes son de ellos/as mismos/as en situaciones agradables. Sólo mostramos lo que queremos que los demás vean, haciendo ver que tenemos una vida rozando lo idílico, cuando puede que no sea así. Creo que, en parte, las redes sociales las utilizamos para crearnos una identidad que refleja únicamente lo mejor de nosotros/as mismos/as (sea verdad o no) y, muchas veces sentimos la necesidad de ocultarnos tras ella para protegernos de la realidad. También, la dependencia surge hacia la opinión pública, basando nuestra autoestima en la cantidad de "me gustas" que recibimos por publicación. No creo que subamos tanto fotos por el hecho de "compartirlas" como tal, sino para intentar demostrar al resto que somos personas socialmente reconocidas y no nos sentimos solas.


En la entrada anterior, comenté que a menudo el teléfono es una herramienta que empleamos para sentrinos socialmente seguros, en situaciones que podríamos considerar incómodas como el establecer una conversación con personas en las que no tenemos tanta confianza. Ello puede deteriorar las relaciones interpersonales, cuya calidad podría bajar significativamente si siempre "nos escondemos tras el cascarón". También pienso que se ve cada vez menos gente disfrutando de la soledad en las calles. Pocas veces se ve a personas solas, especialmente jóvenes, sentadas en un banco sin hacer nada o en una cafetería sin un móvil entre las manos. Parece como si tuviéramos miedo a estar solas y necesitáramos pendientemete aparentar que estamos a gusto con nosotros/as mismos/as. Sin embargo, pienso que hay una gran diferencia entre estar solo/a y sentirse solo/a. Una persona puede disfrutar de su soledad pero no sentirse sola. En cambio, muchas personas que, a  aparentan tener un gran número de amistades en las redes, podrían estar sintiéndose solas si no trabaja las relaciones más allá de las redes. Aún pervive, además, un sentimiento de individualismo en la sociedad, con el cual una persona puede sentirse sola porque no se trabajan los vínculos con otras, sino que, por el contrario, supone "pisarlas" para ascender a lo más alto. El artista Edward Hopper (1924-1967) retrató la soledad que se vivía en la sociedad americana capitalista del siglo XX en algunos de sus cuadros:




Siguiendo con el ejemplo de la joven de Conectados, ella utilizaba el móvil a todas horas, hasta el punto de que su madre la castigaba prohibiéndole usarlo. No obstante, esto no la pararía y utilizaba el de sus amigas para conectarse a las redes.


A continuación, en el documental se veía como un grupo jóvenes acudían a una terapia en la que un experto les hacia preguntas acerca de su adicción a internet y acababan reconociendo sus problemas. El objetio de esta terapia era reducir el consumo y controlar la utilización del teléfono móvil y, por ello, se les reta a estar un tiempo sin utilizarlo.

En último lugar, opino que realmente existe un problema en torno al móvil pero quizás se podría haber planteado de otra forma la afirmación: en vez de "somos adictos al móvil" podrían haber encontrado el problema en las propias tecnologías y no en las personas, por ejemplo, declarando que "los móviles producen adicción". Creo que las personas no son culpables de la adicción, sino que no saben utilizar adecuadamente estas tecnologías básicamente porque no se les ha enseñado, teniendo como consecuencia su utilización sin control alguno. Por otra parte, se hace demasiado hicapié en las horas que pasamos con el móvil y no tanto en para qué lo utilizamos. Si le damos un correcto uso, sobre todo en el caso de las personas más vulnerables (niños y niñas), no debería haber tanto problema con el tiempo. Opino que es más relevante para qué utilizan las tecnologías y si realmente suponen un aprendizaje o un mero entretenimiento. Asimismo, el pasar muchas horas trabajando, chateando o navegando con el móvil no significa necesariamente que haya adicción, sino que esta comienza cuando pasamos demasiado tiempo con él dejando de ser conscientes de la realidad que nos rodea.

viernes, 27 de abril de 2018

Ciudadanía digital: ¿on-line u off-line?

Para continuar con el taller de ciudadanía digital, se nos ha propuesto pensar en 3 situaciones en las que nos encontramos "on-line", esto es, cuando hacemos uso de las nuevas tecnologías, y tres en las que estamos "off-line", que componen los momentos en que hay ausencia de dichas tecnologías.

Muchas veces no nos paramos a pensar en lo dominados que nos encontramos por las nuevas tecnologías, muchas veces parece que el desprenderse de ellas cuesta un mundo y, sin embargo, realmente no llevan tanto tiempo entre nosotros/as. En mi caso, creo que paso muchas horas frente a una pantalla y gran parte del tiempo lo paso sin ser consciente de lo que hago. De hecho, me distraigo a menudo y, cuando estoy con el móvil, por ejemplo, enseguida me meto a aplicaciones de redes sociales y al cabo de un rato me doy cuenta del tiempo que pierdo. En el ordenador me ocurre que muchas veces tengo que ponerme a trabajar y, para ello, suelo poner música en la plataforma de Youtube, pero acabo siempre viendo vídeos recomendados y uno lleva al otro, y el otro a otro y, así, sucesivamente. 

Como experiencia, debo decir que hace dos años se me estropeó el móvil en verano, pero, aprovechando la situación, me propuse no comprarme ninguno durante dos semanas para ver qué suponía eso para mí. Al principio me costó bastante y cuando me despertaba por las mañanas siempre lo buscaba y estuve utilizando un reloj despertador, que estoy acostumbrada a tener en el propio móvil. Asimismo, para quedar con amigas tenía que recurrir al teléfono fijo, tal y como se hacía hace unos años. También me comunicaba a través de redes sociales que utilizaba desde el ordenador, pero cuando quedaba en sitios les hacía prometer que llegarían pronto porque si no me encontraba insegura esperando, puesto que la incomunicación me hacía sentir desprotegida. Al cabo de una semana ya me acostumbré y me sentía por una parte libre porque no tenía que estar pendiente de nada ni de nadie, sólo me preocupaba por la realidad inmediata que yo vivía y fue una experiencia muy satisfactoria. El hecho de que podríamos vivir así como se hacía hasta hace unos años sería hoy impensable para muchas personas. La sociedad ha cambiado muy rápidamente y casi se nos exige que estemos conectados a la red permanentemente, que siempre seamos accesibles y el móvil no se despegue de nosotros/as. Por ello, podría ser muy complicado ahora plantearse volver a vivir como antes. Obviamente las nuevas tecnologías nos han facilitado la vida en muchos aspectos, pero también creo que nos ha condenado a la esclavitud. Me acuerdo que una vez en clase, nuestra compañera Nekane nos contó que en unas prácticas que hizo, los niños y niñas de dos años estaban tan acostumbrados/as a las pantallas táctiles que, en cuanto les daban un juguete tradicional, el primer gesto que hacían para explorarlo era el movimiento de dedo para deslizar la pantalla en el juguete y comprobar si es "táctil" en ese sentido. Me parece una situación muy preocupante y deberíamos estar alerta porque no son sólo beneficios lo que traen las nuevas tecnologías a pesar de su atractivo, sino también grandes dependencias, olvidándonos del resto del mundo.



En cuanto a mi día a día, estas son 3 de las situaciones en las que me encuentro on-line:
  1. Cuando utilizo el teléfono móvil, que viene a ser una gran parte del día. Siempre lo tengo a mano y, en cuanto tengo un rato libre, lo primero que hago es comprobar los mensajes o meterme en redes sociales. Incluso lo he llegado a utilizar en clase varias veces, pero es algo que estoy tratando de evitar últimamente, dejándolo siempre en la mochila. El móvil es casi como un compañero de vida más, lo utilizo para todo. Ya por la mañana funciona como ordenador, pongo vídeos para desayunar, en el coche voy con música, hablo con mi entorno a través del móvil, etc. En muchas ocasiones, aunque no debería ser así, se utiliza el móvil para evitar situaciones incómodas con otras personas, siendo un recurso que siempre se utiliza como excusa para no establecer una conversación o para hacer ver que estás ocupado y hacer que otras personas no piensen que vives en soledad, cuando te encuentras solo en una cafetería por ejemplo.
  2. La siguiente situación se da cuando estoy estudiando en casa, que utilizo el ordenador para hacer resúmenes, trabajos, meterme en e-gela y otras plataformas universitarias, etc. También acostumbro a llevar también a clase. Siempre que estoy con el ordenador, es inevitable que ponga música también.
  3. Cuando me voy a dormir, siempre tengo que ver primero un capítulo de la serie que estoy viendo, porque es el mejor momento para disfrutarlas en mi opinión.
Por otro lado, opino que es muy necesario tener un rato al día para dedicartelo exclusivamente a ti mismo y a las personas cercanas, lejos de las tecnologías, como en las siguientes situaciones en las que me encuentro off-line:

  1. Cuando dibujo. Para desestresarme y encontrar "paz interior", me gusta sentarme y dibujar. Es una actividad que encuentro muy placentera y me relaja. En todo ese tiempo, en el cual me puedo pasar horas, suelo apagar el móvil y busco algún CD (que no sé si se considera como estar on-line) y, con la música y el dibujo me evado y paso el rato conmigo misma.  
  2. Cuando me echo la siesta o definitivamente me voy a dormir. Soy una persona a la que le gusta mucho dormir y holgazanear, por lo que también paso mucho tiempo off-line.
  3. Cuando estoy con la familia, pareja o amigas. Aunque todos y todas utilicemos el móvil es muchas ocasiones, hay situaciones clave en el que nos olvidamos de él y otras nuevas tecnologías como a la hora de las comidas o cenas, o cuando nos encontramos en un viaje. En ese momento nunca utilizamos el móvil y siempre aprovechamos para conversar, interesarse por las otras personas, pasarlo bien y reforzar vínculos.

Como he dicho antes, a veces estamos demasiado enganchados de la tecnología y se nos olvida disfrutar de verdaderos momentos importantes. Nuestra compañera Saioa compartió un artículo que declara que hay una nueva moda que consiste en desconectarse totalmente de internet. Esta práctica la llevan a cabo personas cansadas de la vida virtual y lo que trae consigo como por ejemplo la adicción. Creo que es una decisión muy legítima y una forma de disidencia a las tecnologías que tratan de dominarnos. Sin embargo, para mí personalmente creo que sería muy extremo porque dependo mucho de las nuevas tecnologías, especalmente para mis estudios, por lo que hoy por hoy lo veo inconcebible, pero no lo descarto totalmente en un futuro. 

Finalmente, me gustaría compartir un vídeo musical de Moby & The Void Pacific Choir, titulado Are you Lost in the World like Me?, que muestra lo dependientes que somos de las tecnologías y de la opinión pública:

domingo, 22 de abril de 2018

Artefacto (makey-makey)

En esta entrada os voy a hablar del proyecto que hemos estado trabajando por grupos durante el taller de género. Como grupo Kroxer, hemos construido un artefacto utilizando la tecnología del makey-makey go, que nos propuso Aingeru. 

En nuestro grupo, quisimos tratar el tema de la feminización de la profesión docente (que he comentado en entradas anteriores), analizando los prejuicios de la sociedad hacia los docentes hombres, mujeres o aquellos que se salen de lo socialmente esperados de ellos/as. Para ello, se nos ocurrió diseñar un artefacto que pudiera reflejar múltiples realidades docentes. Se basaba en tres cubículos giratorias puestos unos encima de otros. Y en dos de los lados del cubo había una imagen, que al combinar las de los 3 cuadrados, formaban un cuerpo. Esta idea está basadda en parte en una actividad que hicimos en la asignatura de arte el año pasado, llamada "un cadáver exquisito". Para conocer más información de esta actividad, comparto aquí la descripción de Wikipedia. En un cubículo había dos rostros: uno masculino y otro femenino. En el siguiente, una bata y una camiseta que dejaba ver tatuajes. Finalmente, en otro había unos pantalones vaqueros y una falda. En total, calculamos que podían salir 8 combinaciones diferentes, algunas muy normalizadas y otras bastante controvertidas. En el proyecto final, quisimos añadir los cubículos sin seguir un orden lógico porque nos parecía muy interesante, pues no invitaba a pensar y no dejaba tan clara nuestra intención.

En siguiente lugar, fuimos a las calle con diferentes combinaciones en imágenes y preguntamos a las personas qué les parecían las diferentes combinaciones a través de la pregunta: ¿Qué pensaria de este/a docente si fuese profesor de su hij@/niet@ en Educación Infantil? Nos sorprendimos mucho, porque la mayoría de personas seguían teniendo muchos prejuuicios hacia los/as profesores/as que se salen de lo común e incluso a los propios hombres como docentes, especialmente las personas de mayor edad. Parecía que había mayor tolerancia entre los jóvenes. En cuanto a los docentes varones, muchas personas se negaban porque sentían que no era seguro para sus niños/as ya que habían salido muchos casos de abusos. Respecto a los tatuajes, la mayoría no estaba a favor porque consideraban que podían asustar a los niños y a las niñas y no constituían un buen modelo, pues los asociaban a la delincuencia. Respecto a la falda, tampoco se veía bien que ningún profesor o profesora la llevase por tema de comodidad, pero en especial los hombres porque se excusaban diciendo que aún eran personas muy "conservadoras en ese sentido" y no podían tolerar a un docente varón que vistiese de mujer.  Fueron respuestas bastante impactantes que realmente nos dolieron en algunos casos, pero evitamos indignarnos tratando de ser objetivas durante la entrevista. Es preciso decir que durante la entrevista, sólo estábamos las chicas para evitar que las personas no quisieran exponer su verdadera opinión y ofender a nuestro compañero Pablo. Tampoco se encontraba Naiara porque su rostro era también la otra imagen del artefacto.

Este fue uno de los bocetos iniciales de nuestra idea:



Este fue el proceso de creación:





Y este el resultado final:



Durante la presentación, escogimos una persona voluntaria que debía hacer girar el artefacto a su gusto teniendo en mano el cable de tierra y pulsando en un extremo al terminar la combinación. En cada combinación se escuchaba una declaración distinta de la entrevista. Esta presentación no obtuvo el resultado que deseábamos porque no habíamos tenido tiempo suficiente para organizar y montar bien todo lo que teníamos, pero sí que transmitió la idea que queríamos representar y todas las compañeras de clase la entendieron muy bien e incluso también mostraron indignación. Nos gustó que suscitara reacciones.

Creo que al final hicimos un buen trabajo, a pesar de que el proceso a veces fuera frustrante y tuviéramos que reflexionar mucho tiempo para dar con una idea que nos gustase, descartando muchas otras por el camino. Considero que las presentaciones del resto de grupos fueron muy interesantes y todos y todas supimos darle un enfoque diferente y reflexivo. Creo que tod@s tuvimos que aprender a utilizar el recurso del makey-makey y el programa scratch, que desconocíamos y a veces nos costaba entender, pero finalmente lo conseguimos y con resultados muy satisfactorios. Estas son algunas de las imágenes de la presentación de otros grupos, que trataban el tema del techo de cristal en la desigualdad de género y las identidades de género:



En el siguiente enlace se encuentra  el vídeo de nuestra presentación: https://drive.google.com/open?id=19gO-92zFmadGHYdcTFkkMDh2ayD7A5bN

domingo, 15 de abril de 2018

Mapeo: relacionando ideas

En esta entrada, nos han pedido que hagamos una relación entre ideas de diferentes textos que hemos tratado en este segundo taller acerca del género. Para ello, nos hemos dividido en grupos y cada uno ha hecho su mapeo, estableciendo los vínculos para aclarar las ideas aprendidas. Nuestro grupo, KROXER (formado por Naiara, Pablo, Lucía, Lamy y yo), hemos realizado un prezi conjuntamente, en el cual hemos añadido las ideas principales. Para acceder a él, podéis hacer click en el siguiente enlace: https://prezi.com/view/c5sMeAn5gouSYqY0sByd/



En mi primer lugar, hemos identificado los 4 conceptos o temas principales que engloban los textos.
La masculinidad hegemónica es el concepto del que partimos, tras haber leído el texto titulado Códigos de Masculinidad Hegemónica en Educación, de Enrique Javier Díez Gutiérrez. Así, hemos señalado los dos tipos que existen: externa e interna. Asimismo, dentro de ella se encuentra su reflejo en el ámbito educativo. A continuación, hemos recogido la idea de deconstruir estas masculinidades hegemónicas y, finalmente, hemos ofrecido una conclusión personal acerca de qué podemos hacer nosotros/as como futuros/as docentes.

Esta idea la hemos unido con la siguiente: el género en educación infantil, es decir, cómo se perciben los ditintos géneros y cuál es el que más presencia tiene en la etapa. Para ello, hemos utilizado ideas del texto ¿Cómo aprendes a ser maestra? Repensar el género en la Educación Infantil, de Estíbaliz Aberasturi Apraiz y Jose Miguel Correa Gorospe. Hemos vinculado la idea con la película "La Caza" por medio de una pregunta abierta que invita a la reflexión. Para concluir, hemos establecido una conexión entre este texto y el de La feminización de la profesión docente o el letal efecto del patriarcado, de Jose Luis Medina, señalando cómo la sociedad tradicionalmete percibe que la profesión docente, especialmente en etapas tampranas, requiere de virtudes "femeninas". Asimismo, dicho texto lo hemos empleado para vincularlo con el siguiente punto: la identidad, que culturalmente se ha dividido en lo masculino y en lo femenino respecto al género. Este concepto de identidad también lo hemos abordado desde una visión filosófico, extrayendo ideas de Beatriz Preciado. También hemos querido relacionar esta lectura con la transexualidad, para la cual hemos recogido planteamientos de la escuela para trabajarla en las aulas del texto Nos empezamos a conocer unos a otros de Maiya Jackson. Por otra parte, hemos vuelto a recurrir al recurso de la pregunta abierta en relación con la película de "Laurence Anyways". 

En último lugar, todos estos planteamientos los relacionamos con los términos que nos han parecido más relevantes del Glosario de términos Emakunde. Para ello, hemos recogido las definiciones con connotación negativa de androcentrismo y discriminación múltiple. De esta manera, hemos distinguido entre qué términos  hay que conseguir (igualdad de oportunidades e igualdad de trato) y con cuál hay que hacerlo (empoderamiento).

Este establecimiento de relación de ideas nos ha ayudado a solidificar nuestros aprendizajes y a entender su complejidad.

sábado, 17 de marzo de 2018

Maestr@ en Educación Infantil

En esta entrada quiero comentar otro artículo acerca del género del profesorado en Educación Infantil, que tiene gran relación con la entrada anterior sobre la feminización de la profesión docente. Este artículo se titula ¿Cómo aprendes a ser maestra?. Repensar el género en la Educación Infantil de Estibaliz Aberasturi Apraiz y Jose Miguel Correa Gorospe. 

Los autores explican que mediante su investigación pretenden mostrar cómo la escuela transmite regímenes hegemónicos de masculinidad y feminidad, teniendo como resultado que los docentes construyan su propia identidad en la etapa de educación infantil. Explican que más del 90% de los docentes de esta etapa son mujeres y muchas veces no nos planteamos por qué ya que resulta difícil problematizar aquello que ya está tan socialmente interiorizado y naturalizado.

De esta forma, exponen cómo los docentes varones se sienten desprotegidos y constantemente bajo sospecha: la sociedad no cree que encajen en ese ámbito, o son perversos o heterosexualmente sospechosos. Esto provoca reacciones en las familias, que no confían en ellos ni en sus capacidades y tienen miedo de desprenderse de sus hijos/as, pensando que no van a estar bien atendidos. De esta manera, los profesores sienten la amenaza de ser denunciados o castigados ante la mínima sospecha, lo cual repercute en su trabajo negativamente como, por ejemplo, en las relaciones de afectividad con los niños y las niñas, a quienes tiene pudor de acercarse demasiado por miedo a las malinterpretaciones. En muchas ocasiones, el contacto corporal y la afectividad o el cariño está casi ausente. Según Aberasturi y Correa, actualmente se le da mucha importancia al trabajo de la igualdad, la interculturalidad, la inclusión (...) en las aulas y, consecuentemente, hay que ser coherente entre lo que se predica y lo que se hace. No es posible evolucionar ni progresar si se acepta una educación infantil femenina que permita que permanezca en nuestra cultura la profesión docente como una de cuidado asignada a mujeres.

Por otra parte, me gustaría rescatar la frase de uno de los entrevistados, Jon Ander, quien explica que: "los niños y las niñas de aula de infantil necesitan muchas veces cariño y si se lo das siendo hombre o mujer, al niño/a le da igual, lo que le importa es que su necesidad quede cubierta". Evidentemente, los prejuicios son problema de los adultos y nadie nace con ellos, por ello, nuestro objetivo es evitar que se reproduzcan en los pequeños/as ofreciendo nuevos modelos.

Al igual que en la entrada anterior, me reafirmo y pienso lo que se defiende en el artículo: que es muy importante que en las aulas haya presencia de figuras masculinas referentes para normalizar la situación y evitar prejuicios en las futuras generaciones, como los que se vieron en la película "La Caza" hacia el maestro, que, de haber sido mujer, no habría sufrido esa persecución.

Del mismo modo, la mujer también sufre las consecuencias de esta feminización porque se le asigna socialmente tan sólo la función de cuidado y crianza, sin considerse las tareas de aprendizaje a través del juego que tan importantes son en la educación infantil. Las mujeres que se sobresalen de la norma establecida son discriminadas. Así pues, "la identidad masculina se asume y se relaciona con cargos de poder y liderazgo; y la femenina con sumisión y sometimiento".

Finalmente, creo que lo primero que debemos hacer es darnos cuenta de la situación y ser conscientes que no es justa y es necesario una transformación para transmitir verdaderamente a los niños diferentes modelos que no perpetúen los roles de género.

"La feminización de la profesión docente o el letal efecto del patriarcado"

En esta ocasión, quiero hablar de un artículo que he leído titulado "La feminización de la profesión docente o el letal efecto del patriarcado" de Jose Luis Medina (2003). 

En él se habla de que la presencia de mujeres docentes es mayoritaria en las escuelas, en especial en los primeros niveles educativos. La cifra va descendiendo a medida que se asciende por los distintos niveles educativos. Medina explica que  el sexismo de la sociedad se transfiere al sistema educativo y las llamadas “virtudes femeninas” como la pureza, la entrega, el servicio, la abnegación, entre otros, son valores de cuidado y de crianza a los que se prioriza sobre la actividad educativa.


La estructura y las relaciones de las familias se reflejan en las escuelas escuelas y la maestra ejerce el papel tradicional de la mujer en la familia, es decir, el de cuidado.
De hecho, hace poco leí una noticia acerca de que cada vez hay menos maestros en las escuelas de Silió (2017), en la que una socióloga explica que “la enseñanza temprana se ve como una prolongación de la maternidad, se les pide que en clase sean más maternales que profesionales". Asimismo, este artículo corrobora el hecho de que el número de docentes hombres aumenta con más edad del alumno, lo cual se traduce en que hay más varones enseñando cuando se exige una licenciatura y no estudios medios. Este hecho también fue recogido en una entrada anterior titulada micro-narrativa acerca del género.

Respecto a la identidad, se trata de una cuestión cultural, en la que se identifica “lo masculino” y “lo femenino” que, según Medina, constituyen subjetividades independientes de la biología.
De esta manera, un hombre socialmente puede expresar su subjetividad masculina, pero no le está permitido expresar la femenina y se ve obligado a ocultarla.
Socialmente se cree que características masculinas son activas y, por tanto, están mejor valoradas; las femeninas, en cambio, son pasivas. No obstante, el autor defiende que ambas acciones son fundamentales en el desarrollo de nuestra sociedad.

La enseñanza en Educación Infantil, entonces, se trata de una ocupación socialmente organizada y percibida como una actividad femenina y práctica. Se mantiene invisible e incluso marginal en la jerarquía ocupacional del sistema educativo.
Por otro lado, se  asocia la etapa de educación infantil con las virtudes femeninas para justificar su bajo estatus en el sistema educativo, lo cual es consecuencia del sistema patriarcal.


En mi opinión, a pesar de que el Ministerio de Educación declare que "El género del profesor es irrelevante a la hora de transmitir a los alumnos los conocimientos y valores”, pienso que es importante que en las aulas los niños y las niñas tengan diferentes figuras de referencia pertenecientes a géneros distintos. De esta forma, se evitará que interioricen jerarquías cuanto al género al descubrir que ambos cumplen con las mismas funciones y roles, sin dominancia de uno sobre otro.


Como consecuencia de la poca presencia de profesores varones en las aulas, las familias desarrollan prejuicios hacia los pocos que hay, teniendo como resultado que se dé una situación incómoda tanto para ellas como para el propio profesor, que pierde motivación al no estar bien valorado. Todo ello tiene influencia en el hecho de que futuros chicos que deseen acceder a la profesión no lo hagan por el miedo de la reacción social y sus prejuicios. Como en el caso de la película "La Caza", pudimos ver que las personas enseguida lanzaron los prejuicios interiorizados hacia el profesor ante la mínima sospecha y sin conocer la verdad, dejando entrever que, en caso de haber sido éste una mujer, esa situación desagradable no hubiera ocurrido seguramente. 

En conclusión, tanto un hombre como una mujer pueden llegar a ser buenos/as docentes y en nada influye el género, sino las propias capacidades de la persona, su implicación, su vocación y su motivación.




Referencias:

Medina, J.L. (2003). La feminización de la profesión docente o el letal efecto del patriarcado. Aula de Innovación Educativa, 127.

Silió, E. (2017). Día del maestro: cada vez hay menos profesores varones.  El País. Recuperado de https://politica.elpais.com/politica/2017/11/27/actualidad/1511763591_005291.html 


"Pienso, luego existo"

Hoy, en clase hemos visto un documental titulado "Pienso, luego existo...", en el cual el filósofo Paul B. Preciado, nacido como Beatriz Preciado, compartía sus reflexiones sobre el género.



En primer lugar, según él, tanto el colegio como la televisión son máquinas de producción de verdad a las que "les interesa inventarla". Sin embargo, defiende que hay que hacer que las máquinas estén abiertas y no dominadas por la élite, que transmiten aquello que les interesa. En consecuencia, opina que la libertad está por inventarse.
Preciado cree que el colegio es una gran máquina de normalización y que en él  se aprende la discriminación (racial, económica, sexual, etc. Por ello, resulta vital reescribir la filosofía como resistencia a la normalización, la cual se denomina filosofía de prácticas sociales. La filosofía ha pasado por diferentes momentos como la antigua con los pensadores clásicos, así como por etapas revolucionarias como en la Revolución Francesa, pasando a repensar el ámbito democrático a través de la inmovilización. En su opinión, hay que ser personas revolucionarias totales, no únicamente de algo concreto y defender, por ejemplo, únicamente la homosexualidad. 

De esta manera, habla de que el sujeto que piensa va conformando su visión de mundo a la vez que el propio mundo intenta hacer que piense de determinada forma. Es necesario, por tanto, escapar constantemente, pero sin huir, sino buscando algo diferente o creándolo. Por ello, también explica que ningún texto es sagrado, y que todos están ahí para ser abiertos, debatidos y reescritos. Los textos contituyen una tecnología, y la escritura es una tecnología básica. No obstante, existen muchas otras como el cuerpo o la propia sexualidad, que también son textos, en ocasiones más actualizados que otros tales como la Biblia. El filósofo contemporáneo reinventa otras formas de pensamiento, sexualidad y aprendizaje.

En siguiente lugar, hace referencia a la identidad, que a su juicio nos dicta qué es ser un hombre o una mujer. La subjetividad es lo que hacemos con aquello que la sociedad nos dice que somos. En su opinión, no hay nadie homosexual o heterosexual, sino que se trata de una medición médico-jurídica, que ha estado presente durante la historia y ahora se está dando una transformación. Cualquier práctica sexual con fines no reproductivos, de esta forma, ha estado condenada históricamente. Paul Preciado declara que la identidad sexual como verdad anatómica no existe; por el contrario, suponen constructos sociales. El machismo y el liberalismo, entre otros, constituyen, además, formas de controlar el cuerpo, que no deberíamos aceptar, adoptando actitudes de incnformismo y disidencia para progresar.

La exclusión, por otro lado, significa sacar a un sujeto diferente del ámbito socio-político y etiquetarlo, impidiendo que tenga voz. Para evitar esta situación, es preciso abogar por una sexualidad que descodifique todo lo que define su construcción. Según Preciado, solo los genitales están sexualizados, el reto del cuerpo está desexualizado y hay que deserotizarlo. Habla, por tanto, de la desnaturalización del cuerpo.

Finalmente, menciona que estamos demasiado acostumbrados/as a ver el género y el sexo de unas determinadas formas y con unos determinados valores impuestos. Es por esa razón que considero que me cuesta entender algunas de sus reivindicaciones, aunque no estoy en contra. Por supuesto, siempre he tenido una mentalidad abierta hacia las diferentes identidades de género y orientaciones. Por ello, también, me resultan controvertidas sus ideas de que incluso eso tal vez no exista como tal. Sinceramente, me parece realmente interesante todo lo que opina puesto que nunca lo había oído y hace que me replantee muchas de mis ideas. Sin embargo, no me siento capacitada para debatir los diferentes argumentos porque no considero que tenga información suficiente, pero realmente me invita a la reflexión y profundizaré acerca del tema. 
Pese a todo, su lectura sobre las actitudes revolucionarias es muy acertada. Creo que es importante no aceptar todo lo que se nos impone porque la mayoría de veces proviene de los intereses de los/as que tienen el poder, y no responden a nuestras necesidades como miembros de la sociedad. Para avanzar hacia una más justa, siempre ha sido necesario adoptar actitudes inconformistas y en cuanto a la cuestión de género, se están realizando grandes avances pero aún queda bastante por luchar.

domingo, 11 de marzo de 2018

"Nos empezamos a conocer unos a otros"

Hoy quiero hablar sobre un tema que ya he tratado anteriormente en este blog: la transexualidad. He leído recientemente un artículo muy interesante titulado "Nos empezamos a conocer unos a otros", de Maiya Jackson, que aborda la experiencia que se vive en torno a este tema en la escuela Manhattan Country School.

En esta narrativa, la autora cuenta cómo al colegio iba a acudir una alumna nueva transexual, Laura, y en el centro querían acogerla lo mejor posible para que se sintiera cómoda. Sin embargo, se dieron cuenta de que era todo un reto, pero tenían toda la voluntad. Decidieron que Laura estuviese en un aula con tres familias homosexuales y con otra compañera, Sofía, que se había declarado lesbiana y, por tanto, había abierto la puerta ya al tratamiento del género y la sexualidad en clase. Aún con todo, sabían que tenían que preparase para preguntas incómodas y bromas inevitables por parte de los/as niños/as de esa edad.

Por otro lado, imprevisiblemente, la madre de Sofía se puso en contacto con el centro para explicar que la joven, quien había expresado dudas sobre su identidad de género anteriormente, durante un campamento de verano hizo finalmente la transición de ser llamada por sus iniciales: SJ. Fue una sorpresa para la escuela, que se encontraba ante un nuevo desafío, que incluso podría ser más complicado ya que en el caso de Laura la transición ya estaba hecha; con SJ, sin embargo, había que trabajarla porque se trataba de un estudiante ya conocido por todos, por lo que habría que acostumbrarse a la nueva situación. 

El personal de la escuela, que se mostró muy receptivo con la acogida de Laura y SJ, estuvo debatiendo acerca de cómo trabajar el tema de la transexualidad con el resto. Además, surgieron muchas reacciones, tanto de maestros/as como de estudiantes, que necesitarían tiempo para procesar la información y hacerse preguntas, pero en ningún momento se opuso nadie.

En primer lugar, habría que hacer conocer a Laura entre los compañeros, así como la nueva identidad de género de SJ. Los maestros también compartieron reacciones, historias y preguntas. Como punto negativo, con el tiempo fueron surgiendo otras reacciones y, cuando los niños y niñas estaban molestos/as, el ser transgénero fue utilizado como insulto. A veces, resultaba complicado que los/as estudiantes entendieran que el sexo biológico, la identidad de género, la expresión de género y la orientación sexual pudiesen ser cosas diferentes, por ello, en el centro tuvieron que ser pacientes. 

En segundo lugar, se le propuso a Laura dar una charla y comentó, muy valientemente, que el ser transgénero no define a una persona y, aunque cuesta sentirse cómodo y aceptar la transexualidad, ella pedía respeto hacia ella porque merecía el mismo tratamiento que el resto, sin importar sus características individuales. Según Jackson, el proceso de explorar la identidad transgénero les empujó fuera de su zona de confort de una manera muy valiosa y también que "sus historias resaltan lo que sucede en una escuela cuando vivimos nuestras vidas juntos, para que nos empecemos a conocer unos a otros". Pienso que es muy importante que en las escuelas se acoja a la diversidad para que los niños y las niñas se familiaricen con las múltiples realidades sociales que conviven en la sociedad, puesto que, de lo contrario, nunca llegarán a conocer verdaderamente cómo viven otras personas, pudiendo surgir, consecuentemente, estereotipos y prejuicios hacia los colectivos minoritarios.

En cuanto a mi experiencia, siempre he ido a un colegio concertado en el cual apenas había diversidad por el tema de la polémica segregación y, casi todos los estudiantes poseían la misma cultura y pertenecían a la misma clase socioeconómica. En nuestro curso, formado por 95 estudiantes, sólo me encontraba yo como ejemplo de diversidad cultural, a pesar de serlo únicamente por parte de madre. Por ello, cuando llegué a la Universidad, me sorprendí mucho porque de 14 personas había distintas culturas. En estos dos años, además, he aprendido mucho de mis compañeras y de cómo viven y no ha hecho más que enriquecer mis conocimientos y eliminar los pposibles prejuicios que pudiera tener en un principio. Pienso que la diversidad de cualquier tipo (origen, género, económica, social, NEE, ...) es muy enriquecedora para el conocimiento mutuo y habría que considerarla una oportunidad para el aprendizaje.

De la misma forma, me gustaría hacer conexiones entre este texto y la película "Laurence Anyways". Con respecto a las dos protagonistas, creo que con la que más se podría identificar Laurence es con SJ, porque en los dos casos siguen permaneciendo en sus entornos habituales (escuela), pero el cambio lo dan ellos. Así, los dos van realizando su transición de género, siendo ya conocidos por las demás personas que les rodean, lo cual es muy complicado porque no resulta fácil de aceptar y las personas han de acostumbrarse a la transformación paulatinamente. Laura, sin embargo, llegó nueva y nadie pensaría que es transexual porque ya había realizado su transición anteriormente y comenzaba de 0 con las demás personas. En cualquier caso, todas estas personas tuvieron que enfrentarse a la sociedad y reivindicar sus derechos en varias ocasiones, por lo que las admiro por conseguir salir por su propio pié, partiendo de una situación de desventaja. Por todo ello, hay que mostrarse dispuesto/a siempre a ayudar desde las escuelas a los niños y a las niñas transexuales y contribuir a que el camino sea lo más fácil y normal posible para ellos/as, porque al fin y al cabo, son niños y niñas que a esa edad tienen que preocuparse por aprender y jugar, y no por luchar contra una sociedad infestada de prejuicios provenientes de una cultura conservadora dominante.


Referencias:

Jackson, M. (2016). We begin to know each other. Rethinking Schools, 30, (2), 11-17.